Te espero en los emails que no llegan nunca y entre los recortes de un tiempo mejoren las nubes tristes de cada verano y en los frios inviernos sin calefacción.
Presiento que vas a llegar para quedarte, pero mientras tanto no puedo olvidarmede lo que puede ser y aun no ha sido, del tiempo que me roba mi destino hasta que se decida a cruzarme con vos.
Te espero en las fiestas de mi calendario, en los besos sabios que nadie me dio, en las voces grises que encierra la radio y en la prensa rosa de mi corazón.
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Escondidos en nuestros ombligos podemos mirar hacia afuera y reir.