Somos victimas del abandono, inevitablemente solos... como en un simulacro, lágrimas nocturnas, besos mojados, un olor agridulce... Marchito esfímero y ausente, encantadoramente órbito hacia tu amor y no me engaño más.
Hay un instinto irresistible y perfecto que nos coloca devuelta orbitando sobre nosotros mismos, alrededor de una voz...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentario(s):
Publicar un comentario
Escondidos en nuestros ombligos podemos mirar hacia afuera y reir.